Modificar el modelo de atención psicológica a modalidad remota ha sido un reto tanto para usuarias como para el personal del Instituto Municipal de las Mujeres. Silvia Chávez, psicóloga del Instituto especializada en perspectiva de género y atención en crisis vía telefónica, comentó que a pesar de todo el contexto hay muchas usuarias que siguen con su procesos terapéuticos. Chávez mencionó que como parte del proceso lo primero es valorar el riesgo y luego orientarse a las necesidades de la usuaria en casos de violencia agravada. “Se hace un plan de cuidado, hay momentos en que si están en situación de riesgo tienen que salir de ese espacio, cambiar de domicilio, hay que analizar sus recursos y ver si necesitan acudir a un refugio o empezar el trámite de órdenes de protección, lo importante es buscar opciones de acuerdo a su situación específica”
Uno de los desafíos más importantes ha sido la seguridad de las usuarias, ya que cuando el equipo terapéutico realiza las llamadas no pueden ver su contexto, principalmente si es que su agresor se encuentra cerca, porque muchas veces su entorno más cercano desconoce que están llevando un proceso psicológico. La realidad de las usuarias del Instituto es muy variada y existen hogares donde solo hombres responden el teléfono, en ocasiones las mujeres no cuentan con un celular propio o no tienen el espacio dentro de su casa para expresarse tranquilamente en la sesión por lo que tienen que salir a recibir la terapia desde su automóvil u otro espacio exterior.
La psicóloga Silvia Chávez destacó que es fundamental atender exactamente lo que las usuarias necesitan, y ver si hay riesgos del entorno es un primer paso, sin embargo existen otros factores externos y estructurales, ya que la violencia es un fenómeno multifactorial. “Muchísimas usuarias trabajan en negocios informales y ahora con la contingencia, con la cuestión económica se encuentran en una situación más vulnerable, por eso es una responsabilidad trabajar de manera interdisciplinaria con otras áreas para que podamos brindarle apoyo con despensas o si necesitan un trámite, elaborarles un oficio, y así apoyarles con otras gestiones”.
Alberto Jhovan Martínez, quien también se desempeña como psicólogo especializado en perspectiva de género en el Instituto dijo: “Hemos tenido un incremento de usuarias de servicios que solicitan abrir un proceso terapéutico por primera vez… las mujeres quieren hablar, quieren sacar las situaciones que están viviendo, hablar sobre las violencias cotidianas”.
Según comenta Martínez las mujeres más jóvenes han sido quienes han tenido mayor apertura a esta modalidad e incluso refieren las ventajas de este tipo de atención ya que se ahorran el traslado, no están expuestas a contagios en el transporte público y aun así reciben la atención psicológica profesional.
Por último Silvia Chávez comentó que esta crisis también es una oportunidad: “La vida es dinámica y si algo tiene son cambios, eso es lo que más trabajamos en el proceso terapéutico, la capacidad para enfrentar diversas problemáticas, una persona con salud mental es la que más se adapta a los cambios.”